Exagero el coraje para no llorar, para no sufrir esta distancia gigante, incalculable.
Lo hago por todos y por nosotros.
Porque nací en una tierra de dementes y alcahuetes, en donde el valor intrínseco del individuo fue sorteado a la premura y la estupidez.
La tierra en donde los verdaderos artistas - y no las comadrejas de estación- fueron entonces ignorados y ahora olvidados; Borges. Atahualpa. Julio. Mujica Laínez. Xul Solar. Puig. Alejandra... y otros etcéteras.
Lo nuestro no es una huída. Es una determinación.
O se arma un destino, o lo que uno llama destino te desarma, te funde y te come.
Hay los que prefieren mirarlo ciegamente. Pero hay, como nosotros, los que incluso en el exilio del alma, vemos también plenitud.