A título de nada

 



Cómo se derrite la vida en mis manos. Cómo se decolora. Se desarma la vida. Se cae, y yo mirando sin estar ahí, viendo como las cosas pasan y sin decir nada me pierdo atravesando ese umbral que evito llamar embriaguez perpetua.

Qué inocente, qué tontamente inocente, uno se queda ciego y se despoja fácilmente, tan fácilmente.
Pero la vida sigue cayendo y callando, y no hay nada mas que el silencio al mentirnos o al mirarnos, reflejando nuestras almas.

Cayendo y callando, hablando casi siempre.
Yendo a lo profundo, aunque vos no vengas conmigo. Pero quiero hacerlo para decirme a mi mismo que no me mentí, que fui, que quise hacerlo y fui a mirarme la cara y la espalda y los brazos y a celebrarme o a redimirme, pero fui. 
Me escupo y me beso... eso soy o no soy nada.





Entradas populares